domingo, 3 de junio de 2007

Amor clandestino.

Nuestros destinos se enlazaron, pero no se unieron.
Volveré a mis cenizas, volveré a cerrar los ojos bajo la tormenta.
Una ilusión, un latido efímero una profundidad insondable.
Quise llegar arriba mientras sujetaba esa cuerda invisible que a veces resurgía y sólo me quedé con las manos erosionadas, agrietadas y hambrientas.
Y algo se quedó en mí. La fuente inagotable, inspiradora de recursos, esas palabras que nunca mueren, portadoras de miles de mensajes ocultos.
La fuerza del nuevo día.
La lluvia tiene otro significado.
Y cuando amanece, permanezco contemplando los múltiples colores de la mañana mientras la gente pasa alrededor de mi, sorteándome, dirigiéndose a sus trabajos, con al mirada baja y el frío en sus ojos.
Y yo, continúo.

Mujer de junio.

Durante siglos, la mujer ha estado relegada en los rincones más oscuros de la historia.Grandes mujeres perecieron en el olvido, desmerecedoras de ser incluidas en registros, archivos históricos, calles o plazas. Invisibles. Y no dudo que muchas de ellas fueron la base de una sociedad más justa gracias al trabajo, al tesón y la inteligencia que a través de los años fueron protagonistas, pero casi siempre permanecieron en la sombra.En tiempos pasados, el arte nos ha mostrado una mujer visionada por los hombres.

Fuente de inspiración se las pintó y esculpió una y otra vez, creando obras universales como el Busto de la "Reina Nefertiti" del Museo de Berlín; la "Venus de Milo" del Louvre; por supuesto "La Gioconda"; las dos Majas de Goya y hasta "Las Meninas", son mujeres pintadas por varones entre varios ejemplos.

Y de repente, una joven italiana Sofonisba Anguissola (1532-1625) se registró como pintora en la corte española de Felipe II. La primera artista reconocida por sus trabajos en Europa y fuente de inspiración para otras mujeres artistas.

*Foto Autoretrato de Sofosniba Anguissola.

Muchas tuvieron que luchar para dedicarse al arte, como cualquier otra profesión. Dejo aquí un pequeño homenaje a todas esas mujeres valientes, luchadoras contra corriente, en un mundo de hombres que no pudieron expresar su talento. Y también a todas las mujeres retratadas a través de la historia, anónimas plasmadas en un lienzo donde nos queda un destello, una luz reflejada en sus ojos, un relato por descubrir, una revelación.